
He cometido muchos errores. He intentado no fracasar. Me he caído mil veces, y también me he levantado millonésima de veces. He intentado parar el tiempo y pensar si todo lo que hacia lo hacia bien. He intentado demostrar lo mejor de mi, aunque aveces no lo pareciera. También he intentado amar como jamás nadie lo pudo hacer. He entregado mi vida entera sin recibir nada a cambio. He llorado por personas que me han dado la espalda, me han traicionado, y sobre todo se han reído en mi cara. Por supuesto, también he reído hasta perder la noción del tiempo. También me he callado muchas cosas por el simple hecho de no hacer daño,aunque al final luego nadie pensase en mi. Me he comportado como una inmadura, una cría. Pero, también he aprendido a base de golpes. Unos golpes que a día de hoy agradezco. Ha habido días que no tenia ganas ni de levantarme de la cama, en cambio, otros días lo necesitaba. Necesitaba esa dosis de energía para olvidarme de todos esos golpes. De todas esas veces que he tenido que escuchar a gente opinar de mi sin saber. Con todo esto, poco a poco he ido aprendiendo el secreto de la vida. Da igual en que lugar te encuentres, da igual dónde nazcas, o como te comportes . Da lo mismo. Seas como seas, la vida te va dando pequeńas lecciones, que a principio no le das importancia, pero luego las vas entendiendo. Y es en esos instantes cuando a pesar de las lecciones también te da algo grande, algo que va a recompensar todos esos golpes, y todas esas lagrimas. Algo que quizá llevas tiempo buscando. Y en el momento menos oportuno aparece. Como si de la nada hubiera salido. Un ángel. Ese ángel que todo el mundo necesita. Ese ángel que hace de tus días grises un día soleado. Un ángel que ríe y llora a tu lado sin saber por qué. Un talismán que te ayuda a andar sobre esa montaña de piedras que hay en tu vida. Y después de eso...entiendes la vida